EN su obra “Sobre el Arte Musical” de 1991 el Querido Líder Kim Jong Il se enfoca en la “tarea histórica que la época actual nos presenta es dar respuestas globales, sobre la base de la idea Juche, a las cuestiones concernientes a los principios que atañen a la naturaleza, la misión y el papel de la música y a su contenido y forma, y resolver, desde un correcto punto de vista y posición, todos los asuntos teóricos y prácticos en la creación de una música a nuestro estilo.” (1).
En ella plantea y resuelve varios aspectos relacionados a este arte, clarificando de manera única y original la historia musical y su función social. Si bien el análisis se basa en la historia y el devenir particular de la península coreana, la mayoría de sus conclusiones son universales y explican también el fenómeno en otras latitudes. Para ello debemos leer y repensar nuestra historia, llevando a nuestras realidades lo escrito y examinar los paralelos entre los diferentes pueblos. En este texto voy a intentar resumir y condensar el concepto universal más potente que tiene la obra, que a mi entender es el desarrollo sociohistórico de la conciencia en el arte musical.
Etapas históricas
Son cuatro las etapas históricas que la obra hace mención: la Feudal, la Capitalista, la Revolucionaria y la más exhaustivamente analizada etapa Jucheana. Además “no todas las composiciones musicales que conoce la historia desempeñaron un papel positivo en la sociedad. Según su carácter socio-clasista la música puede tener un desempeño positivo y progresista, o uno negativo y reaccionario.” (2), lo cual explicita que hay diferentes desarrollos de la conciencia artística en cada etapa lo cual incide en su función social.
Etapa Feudal
Se caracteriza por ser la música producida en la época feudal y precapitalista. En ella se distinguen las obras producidas por las masas y las producidas por los artistas profesionales.
La música popular, de carácter progresista, debido a sus limitaciones ideológicas y estéticas se limitó a hacer canciones sobre su vida, sus sentimientos y su esperanza en el porvenir, sin poder reflejar en ellas los problemas esenciales de su realidad material y de cómo transformarla.
La música producida por artistas profesionales era la creada para la clase gobernante y refleja la tendencia de ésta. En las obras de carácter progresista se compadecían delpueblo, aprovechándose de sus formas musicales para producir obras para la alta sociedad. Sin embargo, estas obras cumplían un rol ambivalente, ya que todo estaba mediado por músicos profesionales y sus tradiciones heredadas. Su música estaba marginada del pueblo.
Etapa moderna
Es la música producida en la modernidad capitalista. Kim Jong Il no profundiza en la música popular de esta época, pero remarca que aparecen elementos ideológicos mas avanzados que en la etapa feudal, aunque insuficientes por no revestir carácter partidista.
En esta etapa recrudeció la lucha del imperialismo en el terreno artístico, creando una
nueva forma de arte musical reaccionaria, la música masiva. Su fin es degenerar y paralizar la conciencia de las masas, reprimirlas y explotarlas de manera más efectiva.
Etapa de lucha revolucionaria
El arte musical producido en la etapa revolucionaria merece especial atención por ser el primer salto decisivo para tratar objetivamente la lucha de las masas populares. En ella se refleja la lucha del pueblo contra la explotación y la represión. Además, se tratan temas como el combate, el heroísmo, la abnegación, el orgullo, la felicidad, todos desde una óptica revolucionaria y patriótica. Su principal función es la de expresar contenidos revolucionarios en formas sencillas con alto valor ideológico y artístico.
Sin embargo, al estar producidas durante el curso general de la lucha, no se puede afirmar que reflejen correctamente las exigencias de la época posterior a la lucha revolucionaria.
Etapa Jucheana
Consolidada la revolución, es imprescindible desarrollar un arte fiel a las exigencias de su época, en donde las masas populares son las protagonistas que impulsan y construyen la vida revolucionaria.
El contenido esencial de esta música es el estrecho vínculo entre el Líder, el Partido y las masas. El canto al hombre independiente, fiel al colectivo sociopolítico. Su forma debe ser en un lenguaje musical comprensible por el pueblo, representando sus sentimientos e ideas.
La música de la etapa Jucheana trata temas como las emociones, los sentimientos, las expresiones espirituales y las impresiones optimistas de las masas en su vida soberana e independiente.
Interpretación por fuera de la obra “Sobre el arte musical”
Kim Jong Il dedica la mayor parte del análisis a la música coreana. A continuación, intentaré mostrar como su visión de la historia musical es perfectamente aplicable a las historias de otros pueblos.
En el continente europeo se pueden rastrear diferentes canciones “anónimas” de la Edad Media que tratan sobre sus sentimientos y su vida.
“Anónima” es la manera casi peyorativa que tienen los historiadores de llamar a las canciones populares que se desconoce su autor, ya que llamarlas por su nombre supondría admitir que había artepor fuera de las clases dominantes. Por la naturaleza atrasada de la época, la mayoría de la música que tenemos conocimiento es la que sobrevivió en las cortes monárquicas con raras excepciones. En este caso si tenemos varias obras de música cortesana, que comparándola con la “música anónima” guardan muchas similitudes. Un claro ejemplo de esto es el “Cancionero del Palacio”, manuscrito español que data del siglo XV.
Con el perfeccionamiento del sistema artístico elitista y el mayor desarrollo de la música monárquica y litúrgica hay una época de profundización en la separación entre las formas populares y académicas, que en Europa se conoce como Periodo Barroco, Romántico e Impresionista, para tener una nueva confluencia muy fuerte a finales del Siglo XIX con el surgimiento de las corrientes modernas nacionalistas de composición.
Época que coincide con el asentamiento y consolidación de los estados capitalistas modernos. Isaac Albéiz, Bela Bartok, Modest Mussorgsky, Leos Janacek y Jean Sibelius son exponentes de ésto, entre tantos otros.
Kim Jong Il dice: “En la época imperialista, esa música llegó a estar de espaldas a las ideas y sentimientos del pueblo, y su lenguaje se le hizo cada vez más incomprensible.” (3) haciendo alusión al movimiento artístico que tuvo lugar en la música clásica luego de este renacer nacionalista: la “música modernista” del siglo XX.
Sin embargo, en la música popular se estaba gestando un nuevo fenómeno progresista.
La clase obrera se volvió el centro de la música desarrollando por todo el mundo nuevos estilos musicales acordes a sus necesidades y capacidades expresivas. La invención de la radio le dio un impulso nunca antes visto en la humanidad, al mismo tiempo que se agudizaría la lucha que siempre existió en el arte musical: “De modo particular, la ofensiva actual de quienes se oponen al progreso es en extremo obstinada, astuta y perversa en la esfera musical, como lo demuestra la inundación de todo tipo de música corrompida en la etapa imperialista, y la lucha entre lo progresista y lo reaccionario se torna cada vez más aguda.” (4).
El ascenso de la clase obrera estuvo condicionado por los explotadores, personificados en las empresas multinacionales radiodifusoras y luego discográficas. Como ya fue expuesto con anterioridad, las limitaciones políticas e ideológicas de la época abrieron paso a la música masiva, de origen popular subvertido, utilizando artistas de extracción popular para degenerar la conciencia popular. Ejemplos de este proceso histórico se pueden encontrar en todo el mundo durante las tres primeras décadas del siglo XX, quienes cumplieron roles progresistas como Carlos Gardel, Ignacio Corsini y Agustin Magaldi solo por nombrar algunos artistas argentinos.
Por último, las músicas de la etapa de lucha revolucionaria se pueden encontrar en diferentes países en donde la lucha ha salido finalmente victoriosa o no. Los artistas Carlos y Luis Enrique Mejia Godoy, en su disco “Guitarra Armada” (Nicaragua, 1979) con un alto contenido ideológico y militar, con una gran sensibilidad artística cantan al pueblo. Artistas como Los Olimareños en “Milonga del fusilado” (Uruguay, 1972), Carlos Puebla en “Hasta siempre, comandante” (Cuba, 1965), Józef Pławiński con letra de Valeriano Orobón Fernández en “A las barricadas” (España, 1933), Los Wolfe Tones en “Rifles of the I.R.A.” (Irlanda, 1970), Rolando Alarcón en “Por Cuba y Vietnam” (Chile, 1969), Felice Cascione en “Fischia il vento”, (Italia, 1943), y un interminable etcétera que sería imposible de recopilar.
Sobre la música Jucheana, el Ensamble Electrónico Pochonbo se merece un artículo en sí mismo, ya que es la expresión cabal de la música popular en su más alto nivel de conciencia.
“La Revolución necesita canciones buenas.”, Kim Jong Il.
(1) Kim Jong Il, “Sobre el arte musical”, edición en español, pág. 3.
(2) idem, pág. 14.
(3) idem, pág. 10.
(4) idem, pág. 14.